NO lo dejes Escapar

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Hace solo unos meses mi cabeza era un hervidero de ideas, ideas de todo tipo y en todos los ámbitos, pero todas ellas con un denominador común; hacer algo diferente, cambiar, probar cosas nuevas. 
Sin duda, la pregunta mas difícil de contestar era y sigue siendo CÓMO?

Hace muchos meses que mi actitud cambió, y desde entonces me encuentro en continuo movimiento… contactos, redes sociales, blogs, empleo… infinidad de temas de muy diversa índole, a veces demasiados... pero estoy cien por cien segura de que ésta actitud es la que puede llevarte lejos o al menos, a dar pasos hacia delante, aunque muchas veces estos pasos, también sean inciertos.

Actitud activa + suerte + alguna coincidencia.
Esta es la combinación perfecta para obtener OPORTUNIDADES, esa palabra que, aunque muy atractiva, a veces no es fácil de afrontar ya que generalmente, va seguida de cerca por otro sustantivo, RETOS, ese que tanto tememos. Actividades desconocidas que tendremos que afrontar y que por lo tanto, acarrearán estrés, nervios y noches en vela…

En mi caso, dar clases en la Universidad y la organización de un evento para más de 400 personas en Shanghai han sido dichas oportunidades/retos.
Después de tres meses de dedicación, puedo decir que ambas han sido experiencias enriquecedoras, de las que solo puedo extraer cosas positivas.

He aprendido a pasos de gigante y ahora se que hay trenes que no podemos ni debemos dejar escapar.
Ahora estoy lista para seguir avanzando.

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Guilin

Por fin tuve la oportunidad de hacer una de esas visitas obligadas en China, Guilin, ese lugar y paisajes de los que tanto había oído hablar.

Fueron solo dos días completos, pero creo que suficientes para hacer las visitas obligadas, Yangshuo y terrazas de arroz.

Llegamos de noche al aeropuerto y ya de camino a la ciudad comenzamos a distinguir en la oscuridad, grandes, enormes sombras… tenían que ser ésas. 

Ésas  grandes masas de tierra que tantas veces había visto por internet o en billetes de 20rmb. 

Ésas montañas tan peculiares que emergen de  la nada y que definen ese paisaje tan característico.

Así fue como empezamos a intuir algo de lo que nos encontraríamos a la mañana siguiente.

Un hostel modesto pero con encanto fue nuestro alojamiento y “punto base”

2 días muy largos nos quedaban por delante y, aunque bastante cansados, no defraudaron.

El descenso en pequeñas barcas de bambú por el rio Li fue tal como me lo imaginaba. 

Un paseo tranquilo de algo más de una hora en la que intenté grabar en mi retina ese impresionante y original paisaje, grabarlo en mi mente y absorber esa tranquilidad, agua, vegetación y naturaleza en estado puro.

Ya en Yangshuo, alquilamos motos y nos adentramos de lleno en ese entorno que te hacía sentir dentro de un cuadro, una estampa que te sacaba por un momento de China y de cualquier lugar reconocible para introducirte en un escenario nuevo, que ninguno habíamos visto antes.

Lo mismo ocurrió con las terrazas de arroz; que cambian su apariencia y se muestra de maneras completamente diferentes dependiendo de la época del año.

Llegamos pronto, y tras un ascenso tortuoso por la lluvia, llegamos a la zona más elevada. 

La niebla nos dio una tregua, y fue entonces cuando pudimos admirar las terrazas, verdes y llenas de agua hasta los topes.

Una escapada de fin de semana, una excursión fuera de la ciudad y de sus bulliciosas calles.

Aunque fugaz, sé que esas imágenes, esa atmósfera y esa tranquilidad han quedado en mi recuerdo y ahora, casi un mes después, es momento de empezar a pensar en la próxima salida.