Hace ya unas semanas que volví de uno de esos viajes
culturales que hacia años que no realizaba… Concretamente dos, desde mi última
visita a Italia.
El destino esta vez, fue una ciudad que, quizás
paradójicamente, por su cercanía, no había tenido el placer de visitar hasta el
momento.
Una ciudad famosa por su urbanismo y sus aires “bohemios” __
PARÍS__
Pasamos allí cuatro días (tiempo de sobra para ver casi todo
si se lleva un buen ritmo y se aprovecha cada minuto)
Además de hacer las visitas de rigor, y a pesar del tremendo
frío, caminamos muchísimo por todo tipo de zonas, realmente, lo que te ofrece
una visión mas real de lo que es, y como se vive y siente la ciudad.
Mucho turismo, si, pero nada de aglomeraciones y agobios
(quizás por la meteorología) grandes calles y bulevares, pequeñas plazas y zonas
verdes que por la época del año, lucían
un poco desangelados y sin vida…..
Fina nieve pero constante que, aunque prácticamente no llegó
a cuajar, daba ese ambiente húmedo, blanco y de neblina que no nos abandonó en
toda nuestra estancia.
Cuatro días muy intensos en los que destaco monumentos
archiconocidos como
El Louvre, que me sorprendió para bien, especialmente por
su imponente acceso a través de la pirámide de vidrio y aluminio diseñada por
el Arquitecto Ieoh Ming Pei.
Interesantísimo el contraste entre tradición y modernidad.
Como no, el Pompidou, obra de Renzo Piano y Richard Rogers,
donde todos los elementos funcionales estructurales del edificio son
codificados por colores y dejados a la vista para no perder ni un ápice de su
esencia.
Otra obra que no hay que olvidar es Notre Dame, que me
impresionó no tanto por su interior, sino por su exterior: portada majestuosa y
enormes arbotantes que no me dejaron indiferente.
Y, como no, aunque parezca tópico…. LA TORRE EIFFEL… qué
decir de esta obra de arte…. La primera vez que la vi, desde lo alto, en el
Trocadero, me quedé fascinada. A pesar de haber visto un sinfín de imágenes,
nunca me la había imaginado como
realmente es, una obra imponente y digna de admirar.
Ya una vez junto a ella, es cuando te haces consciente de su
magnitud y su escala.
Una obra de ingeniería que conserva y conservará su espíritu
innovador a lo largo de los siglos.
Por fin puedo decir que he descubierto París, ciudad de fama
mundial y que por supuesto, no defraudó….
Cada lugar posee un encanto especial que los diferencia y
los hace únicos… la suerte es poder viajar y descubrirlo por nosotros mismos.
Ahora toca descansar… y pensar en el próximo destino!! ;)
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