A pesar de
que me habían contado infinidad de cosas y de que yo había investigado sobre el
país, Vietnam
(y concretamente el Sur) me sorprendió y mucho, para bien.
Paisajes,
vegetación, playas paradisiacas, pueblos de pescadores, zonas sin desarrollar
pero también grandes ciudades como Saigon.
Pensé que en nuestro caso, que vivimos en China, el contraste sería mucho menor, pero me quedé sin palabras en la isla de Phu Quoc, donde casi la totalidad de su superficie está aun sin desarrollar.
Pensé que en nuestro caso, que vivimos en China, el contraste sería mucho menor, pero me quedé sin palabras en la isla de Phu Quoc, donde casi la totalidad de su superficie está aun sin desarrollar.
Un
alojamiento silencioso y con gente encantadora, alquiler de motos para
desplazarnos de Norte a Sur atravesando una de las pocas carreteras asfaltadas
o adentrarnos en caminos de piedras y tierra para dar con playas casi
desiertas, de arena blanca y agua azul turquesa.
Tras 4 días
viajamos a Ho Chi Minh, o Saigon. Una gran
ciudad dividida en distritos, pero que se puede visitar en un par de días.
Tiene una famosa zona de
mochileros repleta de extranjeros, pero a la vez, calles escondidas donde
encontrar la esencia de la ciudad y su gente.
Me
sorprendió la Arquitectura (a la que vi cierto parecido con la de Tokyo) casas bajas y
estrechas, dispuestas una tras otra pero todas distintas, dando lugar a barrios
llenos de encanto.
Y que decir
de la desembocadura del Mekong…
agua y vegetación en estado puro; paseos en barca, pequeñas construcciones
rudimentarias frente al cauce y mercados flotantes.
Un viaje de
diez en el que hubo un poco de todo y del
que he vuelto cargada de energía. Relax, novedad, aventura y montón de
experiencias.
¿Para cuándo el siguiente?
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